Tía Jessika: Trabajamos con amor, paciencia, disciplina y pasión

U.E. Eduardo Kingman - 12 Ago, 2021

La educación no solo se produce a través de la palabra, pues además está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes. Generalmente, la educación se lleva a cabo bajo la dirección de las figuras de autoridad, como son los padres, representantes legales y los educadores.  

La educación será siempre la mejor herramienta de progreso, el único camino hacia la libertad, la verdadera herencia para nuestros niños, el apropiado ejemplo de responsabilidad, el acertado modelo sobre inclusión y el respeto por la diversidad.   

Hace 17 años, la Escuela de Educación Básica Eduardo Kingman, nace en Durán como un proyecto de gran relevancia para brindar una educación de altísima calidad, combinada a la vez con la vital calidez de sus docentes. Con el paso de los años, hemos ido puliendo generaciones, desarrollando sus destrezas y habilidades, en base a un plan integral, que comprende una exigente metodología académica, deportiva y cultural.

De igual manera se ha podido palpar en el tiempo la evolución no solo de los niños, o de las capacidades de nuestros docentes, sino también de la transformación que se ha visto envuelta la escuela desde su primer día hasta hoy, en el tema de infraestructura, acorde para construir un ambiente propicio, donde destaque el buen desempeño estudiantil y definitivamente crea un sentido de pertenencia, para que sea denominada como “su segundo hogar”.     

Mi sueño desde pequeña siempre fue ser maestra y estar rodeada de niños, verlos felices, aprendiendo, creciendo. Desde mi hogar, mis padres: Carmen y German, siempre me enseñaron con amor, donde los pilares fundamentales de mis actos debían primar el respeto al prójimo, obrando con sencillez, humildad y transparencia.

Amo a Durán, y como todos anhelo ver crecer a mi cantón, con personas integrales, que lleven en su alma el sentido inquebrantable de la ética, en la que sus principios no sean negociables y que su corazón este abarrotado de civismo; por lo que desde nuestra Escuela aportamos con un granito de arena para engrandecer esta ciudad ferroviaria, de espíritu noble.

Hoy quiero celebrar con ustedes, con todos, por el porvenir, por ese futuro alegre y optimista que se nos avecina. Por los planes que tenemos en la Escuela, para crecer juntos en todo sentido. Por estar rodeada en este momento de personas que han contribuido a la consecución y estabilidad de un sueño desinteresado. Quiero recordar y destacar el legado de Eduardo Kingman Riofrío, el pintor de las manos, por su visión y sensibilidad para expresar por medio de su obra, la fuerza, lucha, trabajo, sacrificio y amor.

Gracias eternas, vamos encarrilados por el camino del éxito.