Editorial: La educación es un derecho humano fundamental

U.E. Eduardo Kingman - 08 Nov, 2022

La educación es un derecho humano fundamental

 

Por: Cristina Penalva Pastor

Ex colaboradora UNESCO

 

La educación es un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible. No obstante, 244 millones de niños y jóvenes de todo el mundo siguen sin escolarización por razones sociales, económicas o culturales. La educación es una de las herramientas más potentes para sacar de la pobreza a los niños y adultos marginados, así como un catalizador para garantizar otros derechos humanos fundamentales. Es la inversión más sostenible. El derecho a una educación de calidad está indisolublemente ligado a la Declaración de los Derechos Humanos y a muchos otros instrumentos normativos internacionales, que son el resultado del trabajo conjunto de las UNESCO y las Naciones Unidas.

Los docentes bien formados, apoyados y valorados son esenciales para garantizar una educación de calidad para todos y lograr la consecución de los objetivos educativos de la Agenda 2030. Por ello, los docentes constituyen una prioridad absoluta para la UNESCO. Sin embargo, en todo el mundo hay un déficit de 69 millones de docentes y muchos de los que trabajan en la actualidad, especialmente en el África subsahariana y en el sur de Asia, carecen de cualificaciones y formación básicas para seguir el ritmo de los cambios en la educación. La UNESCO colabora con los diferentes países para aumentar la oferta de docentes cualificados y motivados, mejorando las políticas relativas a estos y apoyando una formación de calidad que responda a las necesidades de los alumnos. Se hace hincapié en África, la inclusión, la sensibilidad en las cuestiones relativas al género y las tecnologías digitales. 

Las crisis provocadas por los conflictos armados y la inestabilidad, los desastres y riesgos, las pandemias y los efectos del cambio climático a escala mundial, perturban la educación e impiden la escolarización de millones de niños y jóvenes en todo el mundo. En las regiones y los países afectados por situaciones de emergencias y crisis prolongadas, los jóvenes sufren la pérdida no sólo de sus hogares y seres queridos, sino también se ven privados de acceso a la educación y a un entorno de aprendizaje seguro, lo que repercute en su futuro y en el de la sociedad en general. 

El acceso a las oportunidades de aprendizaje durante las crisis salva y preserva vidas. La UNESCO trabaja para garantizar que una educación de calidad, inclusiva y equitativa, siga siendo una prioridad en la respuesta humanitaria y la asistencia para la recuperación de los migrantes, los refugiados, los desplazados internos, los repatriados y las comunidades de acogida. Esta acción consiste en parte en reducir los riesgos de desastres en el sector educativo con el objetivo de preparar a las escuelas y a las autoridades educativas para hacer frente a los peligros, mitigar sus repercusiones y reforzar la resiliencia de los sistemas.

¿Por qué la UNESCO considera que la educación es tan importante en situaciones de crisis?

La educación es un derecho humano fundamental. Para los niños y jóvenes atrapados en situaciones de crisis, la educación no sólo garantiza la continuidad del aprendizaje, sino que también proporciona un sentido de normalidad y la clave para un futuro diferente. Con los conocimientos, las capacidades y el apoyo adquiridos mediante la educación, las diferentes generaciones pueden superar las crisis y conducir al mundo hacia un futuro sostenible. Esto resulta particularmente evidente para los grupos vulnerables, como las niñas, los migrantes, los refugiados y las personas con discapacidades. La UNESCO considera que la educación es una necesidad fundamental inmediata y urgente en las situaciones de crisis, al igual que los alimentos y los servicios sanitarios que deben ser parte de la respuesta humanitaria. Desde 1950, la UNESCO trabaja en favor de la educación en situaciones de crisis para evitar que el derecho de las personas a la educación no se vea obstaculizado.

¿Cómo afectan las situaciones de emergencia y las crisis a los sistemas educativos?

La preparación y la resiliencia de los sistemas educativos se ponen a prueba durante las situaciones de emergencia y crisis. En 2019, 127 millones de niños y jóvenes en edad de escolarización en la educación primaria y secundaria que vivían en países afectados por crisis permanecían sin escolarizar, lo que equivale a casi la mitad de la población mundial no escolarizada. En su momento más álgido, la COVID-19 exacerbó esta tendencia, dejando a 1.300 millones de educandos sin escolarizar en todo el mundo. A escala mundial, las situaciones de emergencia y las crisis no sólo provocan el cierre de las escuelas y los ataques contra las instalaciones educativas, sino que también conllevan a recortes en la financiación de la educación, lo que acaba repercutiendo en la calidad de esta. A escala regional y nacional, las situaciones de emergencia y las crisis exacerban las desigualdades que ya existían y reducen aún más el acceso a la educación de los grupos más marginados. Las situaciones de crisis suelen dificultar la capacidad de planificación de los gobiernos nacionales. La UNESCO colabora estrechamente con los ministerios de educación, así como con los asociados de los mecanismos regionales e internacionales, para garantizar la continuidad de una educación de calidad, inclusiva y equitativa, incluso en circunstancias difíciles.

¿Cómo apoya la UNESCO a los países?

La UNESCO tiende puentes entre la intervención humanitaria y el desarrollo sostenible mediante la educación. En concreto, la UNESCO coopera con los ministerios de educación para identificar las prioridades y elaborar planes y programas pedagógicos sensibles a las cuestiones relativas a las crisis, que responden a las necesidades inmediatas y refuerzan la resiliencia de los niños y jóvenes, centrándose especialmente en los más vulnerables. Su compromiso con la protección de la educación durante los conflictos armados se refleja en la Declaración sobre Escuelas Seguras. La UNESCO también apoya a los países para que puedan hacer frente a la falta de datos precisos, fiables y actualizados, que resultan cruciales para impulsar las respuestas educativas eficaces. La UNESCO, con sus asociados, crea y proporciona oportunidades de aprendizaje formal e informal para niños, jóvenes y adultos en las situaciones de crisis. También trabaja para proporcionar conocimientos y capacidades vitales y apoyo psicosocial a las personas afectadas por la crisis. Los docentes, como pilar de la continuidad pedagógica, se benefician de una formación y un apoyo técnico adecuados.

¿Cómo la UNESCO trabaja en coordinación con los Estados Miembros y los asociados?

La UNESCO es un miembro activo de los diferentes mecanismos de coordinación a escala mundial, regional y nacional. En el plano mundial, la UNESCO es un miembro importante del Centro Mundial de Ginebra para la Educación en Situaciones de Emergencia y de la Coalición Global para Proteger la Educación de Ataques. Durante la respuesta humanitaria, la UNESCO trabaja mediante los Grupos de Educación mundiales y nacionales. A escala regional, la UNESCO participa en el Proceso de Quito en América Latina para hacer frente a la crisis migratoria venezolana. Mediante sus Comisiones Nacionales, la UNESCO trabaja directamente con los ministerios de educación en el ámbito de la planificación y la creación de capacidades. Con la ayuda de donantes como Education Cannot Wait y la Alianza Mundial para la Educación, así como de donantes como Suecia y Japón, la UNESCO puede poner en marcha programas de emergencia en el terreno, junto con asociados de la familia de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y el sector privado.

¿Cuáles son las iniciativas emblemáticas de la UNESCO?

La UNESCO trabaja en primera línea durante las crisis humanitarias más acuciantes del mundo, por ejemplo, en Afganistán y Ucrania. La Organización también presta un apoyo permanente a los países como Irak y Siria que deben hacer frente a conflictos y crisis prolongadas. La labor de la UNESCO abarca diversos tipos de emergencias, incluida la respuesta a los efectos del cambio climático para reducir los riesgos de desastres en la educación. Por último, pero no por ello menos importante, la UNESCO trabaja con los Estados Miembros con miras a reforzar las capacidades de los ministerios de educación en materia de datos de la EyE y de la protección de la educación contra los ataques.

La educación transforma vidas y ocupa el centro mismo de la misión de la UNESCO, consistente en consolidar la paz, erradicar la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible.

La UNESCO considera que la educación es un derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe ir acompañado de la calidad. La UNESCO es la única organización de las Naciones Unidas que dispone de un mandato para abarcar todos los aspectos de la educación. De hecho, se le confió la coordinación de la Agenda de Educación Mundial 2030 en el marco del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. La hoja de ruta para la consecución de este objetivo es el Marco de Acción de Educación 2030 (FFA, por sus siglas en inglés).

La UNESCO ejerce el liderazgo mundial y regional en materia de educación, refuerza los sistemas educativos en el mundo entero y responde a los desafíos mundiales mediante la enseñanza, con la igualdad de género como principio subyacente.

Su labor abarca el desarrollo educativo, del prescolar a la educación superior e incluso más allá. Entre los temas figuran la ciudadanía mundial y el desarrollo sostenible; los derechos humanos y la igualdad de género; la salud, el VIH y el SIDA, y el fomento de la enseñanza técnica y la formación profesional.

La inclusión debe comenzar en los primeros años, momento en el cual se sientan las bases para el aprendizaje permanente  y  se  forman  los  valores y actitudes fundamentales. Es durante la primera infancia cuando surge la desigualdad en el aprendizaje y en otros aspectos del desarrollo infantil.  Las iniciativas de inclusión educativa deben comenzar mucho antes de la escuela primaria.

Es por ello, que de acuerdo a las experiencias en todo el mundo muestran que es necesario responder a las necesidades específicas de cada niño excluido, que puede enfrentarse a desafíos derivados de una combinación de factores de exclusión, tales como el género, la pobreza, el lugar de residencia, la etnia, el idioma, el estatus legal, el retraso en el desarrollo y la discapacidad. Las respuestas deben inscribirse dentro de un marco amplio de inclusión para todos, que rechace la marginación, la discriminación, la segregación y la categorización. El enfoque general debe estar en el establecimiento de políticas, estrategias y prácticas inclusivas que tengan como objetivo eliminar obstáculos, promover el desarrollo y el aprendizaje óptimos para todos, aumentar la participación y la inclusión y, por lo tanto, permitir que los ministerios pertinentes se vuelvan completamente inclusivos, tanto en su visión como en sus prácticas. Solo entonces, podremos lograr realmente el objetivo de una educación de calidad para todos.

Estas y otras muchas razones inherentes a la Educación y a la Cultura, hicieron que participara 18 años de mi vida colaborando en tareas administrativas y de logística con la UNESCO, su Secretaría en España y en ocasiones con el Director General de la UNESCO en París. En los ochenta, principio de la globalización ya se percibían situaciones que luego nos han sobrevenido y otras cuestiones que creíamos resueltas siguen sin solución. Este es el objetivo del siglo XXI, seguir trabajando por la Paz desde la Educación y la Cultura.

 

Cristina Penalva Pastor

En Alcalá de Henares, Madrid, España, especialmente para Eduardo León, Promotor Institucional de la Escuela de Educación Básica Eduardo Kingman, Durán, Ecuador.